jueves, 30 de mayo de 2013

Colaboración en prensa del Grupo Municipal Socialista

Artículo publicado en el 'Diario de León'
D. Quijote de Coyanza

El más triste de los capítulos del Ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, que dio por terminadas sus aventuras, se produjo en la playa de Barcino. Allí fue retado a un duelo por el Caballero de la Blanca Luna, que no dejaba de ser su vecino, el bachiller Sansón Carrasco (no vea el audaz lector aquí una maldad al escoger el símil ni piense en la presidenta de la Diputación), que afirmó que la belleza de su dama era incomparablemente superior a la de Dulcinea del Toboso, aceptando nuestro caballero el duelo ante tamaña afrenta. De perderlo daría al traste con sus aventuras y le obligaría a retirarse a su pueblo, a cuidar de su hacienda y de su casa y a olvidarse de los libros que tanto daño le habían producido.

El alcalde de Valencia de Don Juan, por su parte, nos anuncia su nuevo lema publicitario para el Ayuntamiento: transparencia, honradez y eficacia. Y se ve obligado a hacerlo justo cuando el Tribunal de Cuentas, en el fallo decimoséptimo de una sentencia que está recurrida por las partes implicadas en un alcance contable, que supuso la falta de 25.000 euros contantes y sonantes y que tiempo habrá de analizar con detalle cuando finalice todo el recorrido judicial aún en marcha, afirma lo siguiente: “Teniendo en cuenta la ostensible falta de control y desconocimiento existente en el Ayuntamiento por parte de sus representantes sobre las funciones desarrolladas por las encargadas de los servicios de agua y de recaudación, la falta de instrucciones expresas de los responsables municipales sobre el modo de actuar respecto del cobro de las tasas, en ausencia de la Recaudadora, y, por otro lado, la autorización a la encargada de la gestión de aguas, de que se realizara el cobro en metálico al abonado, con el fin de favorecer al ciudadano...”

El Tribunal de cuentas nos dice -con una rotundidad que debería sonrojar a quien lleva 18 años al mando- que en el Ayuntamiento se dieron situaciones como las siguientes: ostensible falta de control y desconocimiento de las funciones de los empleados, falta de instrucciones, autorización de cobros en metálico... Nadie se puede creer que se cobre en metálico para facilitar las gestiones al ciudadano cuando tenemos todas las entidades bancarias en un radio de 100 metros. Esta anomalía no la entiende ni el vecino del pueblo más pequeño de nuestra comarca, donde no hay banco y no se realizan ingresos en metálico en su Ayuntamiento desde hace años. Se permitía y se permite el cobro por extrañas razones que desconocemos.

Está claro que la nueva divisa publicitaria del Ayuntamiento (transparencia, honradez y eficacia) se debería presuponer a todo gestor público, puesto que sería intolerable que las decisiones tomadas fueran opacas, corruptas e ineficaces. Por tanto, parece algo absurdo tener que enfatizar o remarcar estas obviedades, a no ser que uno no esté muy seguro de ellas.

Volviendo a los libros de caballerías, a la playa de Barcino y al lance decisivo del duelo, Rocinante tropezó y D. Quijote se vio proclamando en el suelo, con la lanza del Caballero de la Blanca Luna señalando su posible final, que Dulcinea del Toboso era la más hermosa mujer del mundo y pidiendo a su adversario un fin acorde al personaje épico que era: “aprieta, caballero, la lanza y quítame la vida, pues me has quitado la honra.”


En cambio, la gestión política del servicio de aguas dependiente de la jefatura de personal que ostenta Martínez Majo -aunque pretenda disimularlo para eludir sus evidentes responsabilidades-, ha sido sentenciada de manera letal en el fallo del Tribunal de Cuentas, pero, lejos de hacer autocrítica, dar explicaciones o disculparse, opta por zafarse de la certera lanza, olvidarse de la honra (política) y desmarcarse con nuevos proyectos para el municipio, que suponen un desembolso económico importante y que, marcando el modelo de ciudad para los próximos años, no ha tenido la delicadeza de consensuar con los grupos políticos ni con los ciudadanos a través de sus asociaciones. Proyectos que se dividen entre los que son necesarios y llegan tarde, que nosotros apoyamos (Centros Joven y del Mayor), los ordinarios, que igualmente apoyamos (mejora de infraestructuras en el polígono industrial) y, por último, los faraónicos, innecesarios y fuera de contexto por la crisis económica que vivimos actualmente (la famosa piscina con olas y el recinto ferial permanente en la zona inundable del río, proyectos ambos que suponen un gasto de más de 170 millones de las antiguas pesetas), que nos obliga a estar políticamente frente a ellos, como lo estuvo Sansón Carrasco ante al ingenioso hidalgo manchego en la playa de Barcino.

Artículo de opinión publicado por Jorge Mateos Álvarez en el Diario de León el 30 de mayo de 2013

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