martes, 9 de abril de 2013

Tribuna Diario de León


Publicado en el Diario de León, 9 de abril de 2013
Olas de un mal sueño

Decía Juan Carlos Mestre que “corren malos tiempos para los sueños, y cuando corren malos tiempos para los sueños, corren malos tiempos para las personas”. Y lo de la piscina con olas es un sueño del alcalde coyantino. Irreal y costoso, sí; pero un sueño al fin y al cabo. Y, como corren malos tiempos para las personas, es una afrenta al ciudadano. Al menos lo es al contribuyente, que, en paro o no, lo que menos anhela es que le suban la cuota del polideportivo para enfundarse el traje de neopreno, agarrar la tabla de surf, repeinarse el flequillo y subirse a la ola.

Los vecinos no vivimos aislados en una isla de prosperidad sino que estamos inmersos en la gran recesión al igual que el resto de conciudadanos de este país. La primera medida de Majo en esta legislatura fue subirse sus asignaciones hasta los 1.800 € mensuales. Fue posible porque, contando con mayoría absoluta, creó la Comisión de Coordinación de Concejalías Delegadas, un órgano prescindible, sueño de líder mesiánico que reúne a su Equipo de Gobierno formalmente, sin asistencia de ningún funcionario municipal y por tanto sin capacidad de decisión alguna, para tratar temas trascendentes, por poner un ejemplo, como “la alarma social creada por las declaraciones de un miembro del Comité de empresa”. Esta onírica Comisión cuesta cada año 16.800 €.

Al confeccionar sus retribuciones en base a asistencias a órganos colegiados, Majo consigue compatibilizarlas con las que percibe como procurador en las Cortes de Castilla y León, institución de la que cobró el pasado año 16.707 €. Como parlamentario votó en contra de prorrogar las ayudas a las Escuelas de música y a los usuarios de la guardería, servicios municipales que los vecinos disfrutan todo el año.

Además de subirse el sueldo, Majo ha optado por subir todas las tasas y precios públicos habidos y por haber, y no ha tenido ni un solo detalle con las familias que menos recursos tienen, que cuentan con sus miembros en paro o que peor lo están pasando, llegando al extremo de priorizar en el empleo público a los más afines respecto a los más capacitados o más necesitados.

En este contexto inenarrable, con esta trayectoria, en definitiva, con la que está cayendo, es un insulto a estas familias y a los vecinos en general invertir 870.000 € en una piscina con olas, cuando, por poner dos ejemplos llamativos, el Colegio Público no tiene Conserje o la Policía Local cuenta con tan solo tres efectivos (Astorga, con el doble de población, tiene 19).

No creo que señalar carencias básicas que tiene nuestro municipio o apelar a la sensatez a la hora de priorizar las inversiones públicas sea demagógico. Es un argumento poderoso para oponerse al sueño de tener olas en una piscina, pero hay más dudas que rodean al proyecto: ¿Cuántos visitantes más puede absorber el polideportivo si la crisis económica persiste? ¿Y si la coyuntura económica cambia y la gente acude menos a los pueblos de la zona de vacaciones y más a destinos del litoral? ¿Cuántos usuarios acuden al reclamo de los juegos acuáticos y cuántos lo hacen para hacer deporte o, sencillamente, para descansar sobre el césped?

No es la primera ni la única vez que los socialistas nos hemos opuesto a inversiones desatinadas o fantasiosas, como aquella de construir dos lagos artificiales a orillas del Esla, amenazados permanentemente por las crecidas, que lejos de alumbrar la Escuela de pesca parecen más un criadero de ranas; o la del “Mirador de la Condesa” de más de 600.000 €, edificio que se ha utilizado tres días cada año con motivo de las ferias. Viendo este conjunto, es cabal rechazar gastarse 242.000 € en una especie de carpa permanente que se ubicará bajo la espada de Damocles del indómito caudal del Esla y que, en principio, se usará también tres días al año.

Lo que sí tenemos claro los concejales socialistas en Valencia de Don Juan es la dramática situación del entorno social y económico. Y nuestros principios e ideas, que no las cambiamos por la comodidad personal. Para nosotros sería más sencillo decir sí a todo lo que propongan el Alcalde o nuestras jerarquías del partido. Pero no lo vamos a hacer sumisa e incondicionalmente cuando de cambiar principios o compromisos programáticos se trate, aunque nos conlleve problemas o acabemos mal.

Corren malos tiempos para las personas, por lo que corren malos tiempos para dilapidar más de un millón de euros en dos proyectos que ni los ciudadanos demandan ni repercuten directamente en mejorar su situación económica ni su calidad de vida. Aunque con ellos algún político cada vez más alejado de la realidad pueda ver cumplidos sus sueños.

Artículo de opinión de Jorge Mateos Álvarez publicado en el Diario de León, el 9 de abril de 2013

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